Catedral de Sta. Sofía en Nóvgorod, siglo 11
Hace más de mil años, en tiempos del Gran Príncipe Vladimir “El Solcito Bello”, Rusia adoptó el cristianismo “por la ley griega”. Cada 28 de julio, desde el siglo 14, la Iglesia Ortodoxa Rusa conmemora el Día del Santo Isapostolos Príncipe Vladimir. Y desde este año, por edicto del Presidente de la Federación Rusa Dmitri Medvedev, oficialmente esta fecha se considera el Día de la Cristianización de Rusia. “La ley federal tiene como objetivo fijar, en forma conmemorativa, este importante acontecimiento histórico, que ejerció una gran influencia sobre el desarrollo social, espiritual y cultural del estado de Rusia” – informa el servicio de prensa del Kremlin. RIA Novosti
La Rusia Antigua con su capital en Kiev, fue cuna de todos los pueblos eslavos del este, y por esta razón este día también se conmemora en las capitales de Ucrania y Bielorrusia. El 28 de julio allá se llevaron a cabo solemnes oficios divinos y festejos por causa del Día de Cristianización de Rusia.
El 27 de julio, víspera del Día de la Cristianización de Rusia, el Patriarca de Moscú y de toda Rusia Kirill dirigió su misiva primacial a los arzobispos, monjes y todos los hijos fieles a la Iglesia Ortodoxa Rusa.
“La fuente bautismal de Kiev para siempre unió con su destino histórico los pueblos consanguíneos de Rusia, Ucrania y Bielorrusia. Este acontecimiento de cambio radical determinó por siglos la identidad de los eslavos del este, les dio el vector para su desarrollo espiritual, moral y cultural. Al entrar en la familia grande de pueblos cristianos, llegamos a ser participantes de la gran civilización cristiana con sus admirables logros intelectuales, alta espiritualidad y rico patrimonio artístico. En la esfera espiritual, histórica, religiosa y cultural todos somos herederos de “Jordania sobre Dniéper”, somos, a pesar de las fronteras terrenales que nos separan, ciudadanos de una gran Patria espiritual – la Santa Rusia” – dice la epístola del patriarca. http://www.patriarchia.ru
Para entender la importancia de la cristianización de Rusia, tenemos que dirigirnos a la historia. En tiempos antiguos la gente rusa (en la antigüedad llamada eslavos del este) creía en muchos dioses paganos: Perún, dios de la guerra; Tronador ( Khors), dios del Sol; Veles, el patrono del ganado; dios Dazhd, donador de la luz, calor y fuego; también había una diosa “Madre-Tierra-Húmeda”. Muchas tribus que poblaban Europa del Este tenían diferentes dioses.
En el siglo 10 el Príncipe de Kiev Vladimir Svyatoslavich decidió consolidar su poder central y para ello cambiar de religión. En aquel entonces, Kiev era la capital del estado Ruso antiguo. Muchos misioneros llegaban con él, ensalzando la superioridad de sus religiones: judíos, musulmanes, budistas, cristianos. Rechazó la fe musulmana porque prohibía tomar vino. La fe cristiana le pareció más comprensible ya que había visitado la capital griega Constantinopla más de una vez y hasta se casó con la Princesa Anna de Bizancio. Las ceremonias divinas griegas maravillaron a los guerreros eslavos por su gran belleza. El Príncipe Vladimir fue bautizado y después en el Consejo de Boyardos tomó la decisión de convertir al cristianismo a toda Rusia. El año 988 se considera el año de Cristianización.
En aquellos tiempos, las ciudades más grandes de Rusia eran Kiev, Nóvgorod y Chernigov. El cambio de fe siempre es un proceso muy doloroso. Su significado fue claramente político. En la capital, el proceso de bautizo se llevó a cabo de manera relativamente pacífica, pero en la ciudad norteña de Nóvgorod – una rica ciudad mercantil donde los ciudadanos habían establecido el poder republicano – la gente oponía resistencia, y allá tuvo que implantarse la nueva religión por la fuerza. En el Principado de Rostov (al que pertenecía Moscú) los cristianos estaban en minoría, y en otras regiones de la extensa Rusia, la fe cristiana duró de 200 a 300 años en establecerse por completo. En el pueblo ruso todavía viven muchos malos agüeros, supersticiones y ritos mágicos cuyos raíces están en la religión pre cristiana.
Santos Cirilo y Metodio, los apóstoles eslavos
La influencia del cristianismo sobre el desarrollo de la Rusia antigua fue inmensa. El país se transformó en una de las metrópolis del Patriarcado de Constantinopla. La gente rusa comenzó a tomar conciencia de que formaba parte de la gran humanidad. Gracias a los hermanos monjes griego-búlgaros Cirilo y Metodio, quienes desde el año 863 crearon el alfabeto cirílico en base a la escritura griega y tradujeron al idioma eslavo todos los libros de la santa escritura, la gente en Rusia tuvo la oportunidad de comprender toda la profundidad y la belleza del pensamiento de Cristo, aprender a pensar y vivir de acuerdo con sus enseñanzas, transformándose en personas civilizadas y cultas. Muchos misioneros de Bizancio y también de Bulgaria, donde ya habían aceptado el cristianismo 100 años antes, llegaron a Rusia. En Kiev, Nóvgorod, Quersoneso y otras ciudades fueron construidos bellos templos. En estos años la educación comenzó a extenderse en Rusia, y por orden del Príncipe Vladimir, los niños de “las mejores familias” fueron llevados a las escuelas donde aprendían la escritura y leían la Ley de Dios. Gracias a los libros, los rusos antiguos tuvieron la oportunidad de familiarizarse con las riquezas culturales del mundo. Pronto aparecieron sus propios pintores, arquitectos, escritores, filósofos. Los gobernantes y personas ricas, al conocer de la caridad cristiana, comenzaron a ayudar a los pobres e inválidos. Según algunas leyendas, el mismo Príncipe Vladimir invitaba a los kievlianos a sus fiestas cada domingo y los agasajaba con generosidad. También ordenaba distribuir comidas y bebidas en carreta para los débiles y enfermos. Por eso el pueblo en sus canciones le dio el apodo de “Vladimir el Solcito Bello”.
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