¡Hola!
Empieza mi viaje hacia nuevos
destinos. Fue lindo ver St. Piter de nuevo, pero estoy muy curiosa de Moscú,
pues todos dicen que son ciudades muy diferentes...
En el tren, viaje en un
asiento kupé, que es 2da clase. Uno se puede acostar y en el precio viene incluido
un colchón, almohada y las sabanas. Hay gancho para guindar tu abrigo, lugar
donde poner los libros, una mesita al lado de la ventana, lugar donde guardar
bultos grandes debajo del asiento o arriba, si le toca a uno en la cama de
arriba. La diferencia con 3ra clase es que el kupé es una cabina con puerta con
4 asiento-camas y hay como 10 cabinas en un vagón, mientras que en 3er clase,
son 50 y tantas camas y el espacio de vagón es abierto, situando algunas en el
corredor. Ahi, la situación del baño, se torna seria!
En cada vagón, normalmente hay
2 baños, una área de fumado aislada y agua caliente potable y filtrada para el té,
café instantáneo o las sopas tipo Ramen, al lado del cuartito de la 'provodnitsa',
que es la encargada del orden, limpieza y servicio de venta de productos como
sopitas, chips, chocolates, té y café. La mayoría de la gente, trae su comida y
sus tazas para preparar sus propias bebidas. La costumbre es tomar 'Chai' o té.
Café, en restaurantes y cualquier lado, siempre es instantáneo....o sea, achhh!!
Pero que le queda a uno...
Pues en mi cabina, me acompañaron
una parejita de muchachitos, que se veían muy enamorados y realmente muy
calmados y silenciosos. Yo venía cansada del día anterior, así que me dedique a
dormir... Después de 6 horas paramos en un pueblito. Salí a tomar aire fresco y
afuera habían vendedores con canastas de nueces, frutillas y pescado seco y
tieso, que los rusos se los comen así no mas como bocadillo. A los 15 min, ya
arranco el tren de nuevo...hay que estar atento de cuánto tiempo es cada
parada, pues el tren se va sin sonar pito, ni nada...
Al volver al vagón el aire era
caliente y olía a humano, pero eso no fue nada comparado a cuando llegué a mi
cabina y me llego el olor a muerto de los dos nuevos pasajeros que quien sabe cuántos
días llevaban de no bañarse... Dos hombres mayores y además sentadotes en mi
cama!!! Frescos! Les hice señales de que ahí iba yo, y solo uno se quito de la
ventana... yo me senté. De pronto éramos 5 en una cabina de 4, y me di cuenta
que la chica venia de colada, pero ese no era problema de nadie, pues se sentó
con su novio. Mi problema era Mr. Stincky que no se quitaba de mi asiento. Entonces
subí mis pies, para estar más cómoda. Vino la encargada a revisar tiquetes y
donde me vio medio incomoda, me empezó a decir que si quería acostarme pusiera
el colchón y entonces me jalaba las patas, pues sabía que yo no hablaba ruso...
bueno, por lo menos eso sirvió de mensaje para los tipos que estiraron su colchón
y subieron a sus respectivos camas...
Una vez en Moscú, tomé el
metro para ir al hostel y este no era broma... es uno de los metros más
complejos que he visto, sin mencionar que si uno no lee cirílico, mejor ni
tomen el metro, pues se van a perder... es muy profundo y cuando uno cree que
ya no baja más, siempre hay una línea que te lleva unos 50 metros más bajo
tierra. Lo que sí es único del metro de Moscú, es su belleza. No son todas las
paradas, pero muchas tienen las columnas y paredes de mármol, con lámparas
finas que lo hacen a uno sentir que está dentro de un teatro fino, en lugar de
un lugar de transporte. Sin embargo, el paso rápido del publico que casi lo
atropella a uno, te recuerda donde estas... ah, y siempre... siempre hay
alguien que huele a que no se bañó y alguien que vuele a alcohol, por la rasca,
hombres o mujeres... estos rusos SI toman.
Mi hostel quedaba en la calle
Arabat, una zona peatonal artística de mucha historia y muy concurrida, así que
me gusto mucho. También, cerca quedaba el Consulado de Mongolia, que es donde
necesitaba ir para sacar la ultima visa, que solo duraron unas horas en dármela
y que ocupaba para mi aventura Transmongoliana. Ya las visas de China y Rusia
las había obtenido en Costa Rica.
En los siguientes dos días, me
dediqué a ver la ciudad. El Kremlin, varias iglesias con cúpulas de cebolla y
explorar tanto el lado cultural como nocturno de esta ciudad. Algo interesante,
por ejemplo, es que en casi cualquier lado encuentra uno estos kiosquitos de
venta de tiquetes para teatros. Son muy prácticos pues aunque le cobran a uno
una pequeña comisión, es parecido al precio que pagaría uno por el transporte
al teatro y se ahorra uno el tiempo. Así que compré tiquetes para los ballets
de 'La Bella Durmiente' y 'Romeo y Julieta'. Hay algo atractivo sobre esos
hombres en mallas que hacen slit perfecto y vuelan por los aires...;)
El clima en Moscú también
estuvo frio y lluvioso y hubo un día que como no tenia paraguas, pues decidí
hacer mi propio tour del metro...como 2 horas... ahora los podría llevar casi a
cualquier parte... me siento como local, empujando y de todo... Si, si,... eventualmente
me tuve que comprar otra sombrilla, sino no salía nunca y ya estaba mareada de
estar ahí abajo, con ese aire tan raro...
El otro día al amanecer salí
para mi próxima aventura, y la primera parada será a los 3,5 días: en Irkutsk.
Bueno, les hablo pronto!
MUCHOS SALUDOS!
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