Por primera vez la fiesta rusa
“MASLENITSA” salió de la casa a otro nivel “globalizado”: el sábado pasado, 16
de marzo, en el restaurante “Sahara” (carretera a Heredia frente a “Pequeño
Mundo”) nuestros compatriotas se reunieron con sus amigos costarricenses y
festejaron a lo grande: no solo había comida en abundancia, sino también música
rusa, bailes, juegos y regalos.
La actividad comenzó
exactamente con el “timbre”: a las 5:00 p.m. las crepas ya estaban fritas, el
piso y las mesas limpias, los parlantes conectados, y la jefa-organizadora
Irina Lepílina estaba lista, esperando con micrófono en mano. Y la espera de los presentes valió la pena:
no sólo les explicaron claramente que “MÁSLENITSA ” es un antiguo festival ruso
como despedida del invierno, sino que les enseñaron una canción nueva “Ay, mis
crepas, crepas, crepas, con mantequilla”, los agasajaron con gran variedad de
platillos con rellenos de pollo, pescado, caviar, huevo y queso,, además de divertirse con karaoke y bailes!
Cuando el programa llegó al
entretenimiento cultural, se puso a trabajar Irina Borovik. De su mano experimentada, repartió entre los
presentes tarjetas con letras de diferentes colores, después puso a todos de
pie y con voz alegre y plena de bromas y dichos, organizó juegos animados y
dinámicos donde participaron tanto viejos como jóvenes y niños. Los ganadores de las competencias obtuvieron
regalos de valor: una botella de vino georgiano, donación de M. Roinishvili,
las novelas de B. Akúnin y el alfabeto ruso para computadora, traídos de Moscú.
Cuando la gente se llenó de
tanto comer – ¡y algunos se acercaron al mostrador dos y tres veces! – llegó el
turno del karaoke, a cargo de Alexander Gusachenko. Hay que notar que el sonido fue de excelente
calidad, por lo que le agradecemos, también por la selección de
canciones, por lo que agradecemos a Irina Lepílina, ya que ella organizó el
envío de los discos desde Rusia. A la
hora de los cantos, se distinguió Artur Mitinian, como es costumbre, pero le
hicieron compañía también muchos otros miembros de nuestra comunidad. Tras las canciones siguieron los bailes, y en
eso Lepílina resultó la bailarina más ágil, con un rápido ritmo del baile
típico ruso, ella comenzó una ronda general, y con tanto zapateo por poco se caen
las lámparas del piso de abajo.
En
conclusión queremos agradecer especialmente a Alisa Prozhóguina, Irina
Lepílina, Elena Polster y Vladímir Borovik por la preparación de una gran
cantidad de crepas y marinadas, a Liubov Anáskina por su labor abnegado de
servicios de comidas, y al dueño del restaurante Sergey Batenin quien muy
amablemente y por segunda vez- creemos que no es la última- nos ha facilitado
su local en forma desinteresada.
Esperamos que todos los compatriotas, ya “con el camino trazado”,
llegarán más frecuente al restaurante “Sahara” para nuestras fiestas comunales,
con las cuales, según la opinión de todos, están muy contentos. Nuestros planes para este año son grandes, en
el futuro, ¡Presten atención a los anuncios!
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