En Costa Rica, a 4
horas de viaje de la capital, hay un lugar totalmente asombroso, donde crece un
increíble bosque virgen lleno de árboles gigantes, aves y animales, y las
montañas de color verde oscuro rompen en el extraordinario cielo azul-morado. En
la pequeña ciudad se venden unos estupendos adornos hechos a mano, todas las
personas son guapas, saludables y con excelente educación, y unos ancianos de
cabello plateado, ataviados en sotanas negras, organizan unos extraños rezos en
idioma inglés.
Para ir a la
población de Santa Elena uno tiene que tomar la pista Interamericana # 1, pasar
la entrada a Puntarenas y seguir 30 km más hasta el pueblo de Sardinal, allá
doblar a la derecha y viajar 34 km por un caminito montañoso, de los cuales los
primeros 17 km están asfaltados y los demás, de lastre. La carretera, en verdad que es temblorosa y
empolvada, pero bastante transitable.
Por el camino se observan vistas imponentes del Golfo de Nicoya. El que no quiere maltratar su carro puede
llegar en bus ya que hay rutas tanto desde San José como de Alajuela y
Puntarenas. Sin embargo, dentro de
Monteverde, muchos lugares de interés se encuentran a 5 o 10 km de distancia
uno del otro, y estar allá sin transporte propio es bastante incómodo.
En la antigüedad,
en aquellas montañas, situadas a una altura de 1,5 km sobre el nivel del mar,
vivían unos campesinos aislados, pero Monteverde, como lo conocemos ahora, fue
fundado en los años 50 del siglo pasado por unos inmigrantes procedentes de
Alabama, Estados Unidos, que pertenecían a la secta de los cuáqueros. No apoyaban la política de su gobierno que participaba
en la guerra de Corea, ya que por su religión fueron (y lo son)
pacifistas. Por ese tiempo, en Costa Rica fue abolido el ejército
y nuestro país los atrajo por la oportunidad de vivir tranquilos, sin la
amenaza del servicio militar y con un
clima excelente. Compraron 1 400
hectáreas de bosque virgen y comenzaron a abrir el camino. ¡Grande fue el asombro de los finqueros al
ver por primera vez en su vida los camiones y excavadoras! Los recién llegados (que contaron con unas 44
personas) construyeron sus casas, instalaron una escuela para sus hijos donde
les impartían todas las materias en idioma inglés, criaron vacas y se ocuparon
de la producción de leche y queso.
El lugar principal
de notabilidad en Monteverde es la reserva forestal de 10,5 hectáreas que se
encuentra a 6 km de Santa Elena. El
parque está abierto desde las 7 a.m. hasta las 4 p.m. y las entradas valen $ 17
para turistas extranjeros y $ 5 para costarricenses y residentes. En esta húmeda y fría selva montañosa habitan
jaguares, ocelotes, tapires, osos perezosos, monos, mapaches, serpientes,
arañas, mariposas y centenas de especies de aves, entre ellas los colibríes y el
famoso y misterioso quetzal. Aquí uno
puede caminar todo el día por los cómodos senderos de 13 km de largo (en
total), admirar los árboles gigantescos de ficus y cedro envueltos con lianas y
cubiertos de orquídeas, los montes de bambú y heliconias, ver el río montañoso
con la catarata, caminar por el puente colgante y tomar fotos de muchísimas
flores y maravillosos paisajes. También
uno puede pagar $ 30 por una excursión y escuchar en español o inglés las
descripciones de las plantas y animales que se encuentren por el camino,
asomarse al objetivo de gran potencia para poder ver algún pequeño bicho
escondido entre las ramas en la copa del árbol o entre las hierbas cerca de las
raíces, que sólo un guía puede ver y mostrar.
Además de la reserva principal, en Monteverde hay cuatro sitios más
donde los amantes de fuertes emociones pueden escalar los senderos montañosos y
montar un canopy sobre las cimas de
los árboles; éstos se encuentran en la parte norte de la reserva.
En la pequeña
ciudad de Santa Elena hay multitud de hoteles grandes, medianos y cabinas con
una gran variedad de precios, muchos restaurantes y sodas para todos los
gustos, tiendas de artesanía y galerías artísticas, hay una maravillosa
tiendita con un muy bello jardín y quiosco artesanado donde uno puede comprar
(caro!) unas obras artísticas espectaculares de trabajo manual, hay dos
escuelas y un colegio público y también un buen colegio privado “Escuela de los
amigos”. La enseñanza del idioma inglés
en todas las escuelas está a nivel tan alto que todos los guías y el personal
de servicio hablan en este idioma fluidamente y casi sin acento. Aunque el pueblo siempre está lleno de
turistas, nadie se queda sin hospedaje.
La población permanente de Monteverde cuenta con 4 mil habitantes de los
cuales una decena de los ancianos son los inmigrantes norteamericanos y los
demás son sus descendientes mezclados con costarricenses.
La fábrica de
quesos del mismo nombre se encuentra 1 kilómetro antes del bosque, ellos
también hacen los tours (aunque no llevan a los turistas más allá de su sala
principal de producción, además se lo puede ver sólo por una ventanita). Esta fábrica es famosa por sus quesos hechos
de leche cremosa. Esta, de vacas jersey,
se trae desde las 800 granjas vecinas donde el medio ambiente súper puro
garantiza su altísima calidad. Desde
hace pocos años, esta empresa ya no pertenece a los cuáqueros porque la
vendieron a la corporación Sigma Co.
International. Paralelamente a la
Cooperativa Dos Pinos, esta fábrica
es ahora la más grande productora de quesos con un surtido de más de 20 tipos
de estos riquísimos productos. En la
tiendita de la fábrica se venden unos helados celestiales.
¡La excursión a
Monteverde es el mejor descanso para personas de cualquier edad!!!
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