Olga creció en una familia próspera, se casó con un hombre
inteligente, bueno y trabajador y tuvo suerte de conseguir un empleo en su
profesión. En los últimos años se
hizo conocida entre nuestros
compatriotas como traductora ruso-español y español-ruso. Como ella misma dice, Olga tiene todas las
razones para considerarse una persona feliz.
Hace tiempo Olga tradujo gratuitamente
diferentes certificaciones para nuestro periódico “Gazeta Rusa” y por eso le
estamos muy agradecidos. Muchos
compatriotas la conocen como una persona muy agradable y solidaria, de buena
gana da consejos y ayuda a los recién llegados.
- Olga, cuéntenos un poco sobre su niñez.
- Nací y crecí en
la ciudad sureña de Rostov del Don. Mi familia proviene de los cosacos del Don,
por eso soy amante de libertad. Tuve una
niñez muy feliz, crecí en una familia próspera, tengo un hermano. Mis padres trabajaban en una planta química,
los dos eran tecnólogos. Siempre estudiaba
muy bien, me gradué del colegio con sólo una “4” (equivalente a un “80”) y de una
vez entré a la Universidad Estatal de Rostov en la carrera de economía con
énfasis en modelos informáticos. Ahí
mismo conocí a Fernando.
- ¿Cómo asimilaron sus padres que su hija se
hizo de un novio extranjero?
- Al principio
no estaban muy contentos, por supuesto, pero después, cuando conocieron a
Fernando, lo llegaron a amar mucho.
Fernando los encantó con su trato respetuoso y cuidadoso conmigo, así lo
educaron sus padres. En la boda dio una
promesa solemne de hacer a su esposa (o sea, a mí) feliz; ¡y lo cumplió! Fernando, es un esposo maravilloso: es inteligente,
aplicado, serio. Después de haber
terminado la carrera básica en la universidad se quedó a hacer el
postgrado. En total, vivió 10 años en Rusia.
- ¿Entonces, ya han vivido en Rusia como familia
por largo tiempo?
- Sí, me gradué
de la universidad y de una vez entré a trabajar. Mi primer trabajo fue muy interesante, hasta
ahora lo recuerdo con emoción, estábamos laborando en un grupo muy unido,
haciendo investigaciones científicas en el Instituto de Mecánica y Matemática Aplicada
adjunto a la Universidad, en el Departamento de Métodos Matemáticos en Economía
y Ecología. Hacíamos modelos
cibernéticos de desarrollo económico y procesos de naturaleza, usábamos
computadoras viejas ES (sistema unido, por las siglas en ruso), escribíamos
programas para ellos. Ahora eso ya no se
usa, por supuesto, ya que todos los programas que se usan están listos. He trabajado en esta institución casi cinco
años y ya había comenzado a escribir la tesis doctoral. Cuando Fernando se graduó y terminó sus
estudios por completo, no quería irme, pero tuve que hacer la elección. Me puse a pensar… es que el colaborador científico
menor ganaba en la URSS apenas 120 rublos (≈ $ 120) por mes… Dejé todo y me fui para
Costa Rica con mi esposo. Eso fue en el
año de 1986. Bueno, ya había visitado
antes Costa Rica, en el año 1983. Fue
nuestro viaje de bodas y me había enamorado de este país.
- Muchos de nuestros compatriotas han sufrido
grandes penurias hasta que se establecieron en el nuevo lugar. ¿Y cómo les fue a ustedes?
- No, no tengo
en mis recuerdos alguna dificultad en especial.
Siempre hemos vivido muy bien. Fernando de una vez encontró muy buen
empleo, como Director financiero en el PANI y luego en el Ministerio de
Hacienda. Yo también encontré
rápidamente el trabajo en mi especialidad, ya que el idioma de la computación
es universal y además, la educación superior en la entonces Unión Soviética, era
muy calificada en todas las especialidades.
En Costa Rica aprendí sola a usar las computadoras personales que diferían mucho de las nuestras, las rusas. Trabaje en diferentes empresas privadas y
después, también en la Dirección General de Aduanas, en un puesto
administrativo.
- ¿Y cómo pudo dominar el idioma español tan
perfectamente que logró obtener una licencia de traductor oficial?
- Aun en Rusia,
comencé a asistir a clases privadas de español.
Y, aunque estudiaba sin mucho esfuerzo, cierta base ya se formó. Aquí aprendí el idioma bien, por supuesto, con
mucha práctica. Al principio me costó
recordar gran cantidad de palabras y términos, sucedían unos casos
divertidos. Por ejemplo, al paso
montañoso “Monte de Aguacate” por alguna razón, ¡siempre le decía
“guacamole”! Me gustan mucho las lenguas
extranjeras y además de español, también hablo inglés, francés y
portugués. Bueno, no a nivel tan alto. Y lo de la licencia de traductora, fue
totalmente casual. Un día, un compañero
de trabajo decidió ir a hacer el examen para obtener la licencia de traductor
oficial, en idioma inglés, y fui a
acompañarlo, me apunté para el examen de lengua rusa, por simple interés
personal. Él perdió el examen y yo lo
gané y obtuve la licencia del traductor oficial, registrado en el Ministerio de
Relaciones Exteriores de Costa Rica.
Este trabajo ahora se ha convertido en los últimos años como actividad
principal para mí. Es un trabajo
irregular, a veces tengo muy poco y a veces todo un montón se viene
encima. Por ejemplo, ahora acaba de
terminar de traducir muchos documentos para los jóvenes costarricenses que
desean ir a estudiar a Rusia, tenían que presentar todo a la embajada de Rusia
hasta finales de marzo y el tiempo apremiaba.
Así que tuve que trabajar sin parar, hasta muy tarde de la noche, para
ayudar a los muchachos. La embajada rusa
cada año da unas diez becas para diferentes universidades del país. Muchos
estudiantes eligen carreras de música, artes o medicina. Este trabajo me gusta, es tranquilo y me
permite laborar sin salir de la casa.
- ¿Y sus padres? No se pasaron a vivir en Costa
Rica con usted?
- Mis padres, lamentablemente, murieron a edad
temprana, no llegaron a los 70 años.
Evidentemente, sus actividades laborales por muchos años en la
producción química dañaron mucho su salud.
Todos sus amigos y compañeros también enfrentaron esa mala suerte… Pero
estoy feliz porque ellos pudieron visitar a nosotros en el año 1991 y conocer
Costa Rica. Les gustó mucho el país.
- ¿Qué amigos tiene usted?
- Tengo muchas
amigas, de todas las nacionalidades. En
nuestra urbanización “El Solar”, viven
muchos extranjeros. Mi mejor amiga es una
pintora alemana, nos vemos muy seguido, nos visitamos una a la otra para tomar
el té. También hay una eslovaca y una mexicana.
Por supuesto, también tengo amigos
rusos.
- ¿Qué le gusta más en Costa Rica?
- Me gusta todo
aquí. En primer lugar, por supuesto, el
excelente clima. También la gente es muy agradable. Me gustan los costarricenses porque son
alegres, llenos de vida y muy respetuosos con la gente de otras culturas. No “se meten” con uno con consejos
inoportunos, no te enseñan cómo vivir, lo que a menudo hacen nuestros
compatriotas. Por supuesto, aquí también
hay algunos problemas, pero no hago una tragedia de eso. Existe gente que todo el tiempo se desgastan
criticando los defectos, pero no soy una de esas.
- En las redes sociales hace poco aparecieron
unas fotos suyas con Fernando en Brasil,
y no hace mucho vi unas en Paris…
- Sí, nos encanta
viajar. Hemos paseado por muchos países
de América Latina y también de Europa. Me
gustan todos los países, por todo lado uno puede ver lugares de belleza
increíble y muy interesante. En Perú fuimos
a Machu Picchu, es un espectáculo fascinante. También me acuerdo de un acantilado muy
profundo, es el Valle de Colca, donde viven Cóndores. Hemos visto cómo estas
gigantescas criaturas (hasta cuesta mucho llamarlos ‘pájaros’) salen volando
por la mañana, planeando con sus inmensas alas en las corrientes ascendentes
del aire. Me enamoré de Paris, hemos
caminado allá por casi todo el centro de la ciudad y hemos probado algunos platillos
en muchos restaurantes. Nunca me olvido del
mar, de color turquesa en Grecia. Nuestro próximo viaje planeado será a China, en julio, si Dios Quiere, como dicen
los Ticos. Mi sueño es viajar por todo
el mundo. Los viajes me dan sabor a la
vida, es mi “vicio”.
- ¿Y qué comen ustedes? Platos de cocina rusa o costarricense?
- En general,
comemos un poco de todo, me gusta cocinar, pero no en cantidades grandes. Me gusta hornear carne o pescado. Pero, soy bastante indiferente con el arroz y
los frijoles.
- Olga, en su casa, todas las paredes están
cubiertas con pinturas multicolores…
- Sí, los
últimos años me he apasionado con la pintura.
Me gusta dibujar desde niña, lo traigo por parte de mi padre, a él le
gustaba dibujar y fue un excelente fotógrafo.
Yo también tomo buenas fotografías. No tengo educación especial artística, pinto para
mí, como un hobby. Pero a la gente le
gustan mis pinturas y las compran. Otra,
mi actividad favorita es la lectura. Y
cada día sin falta voy al gimnasio para practicar diferentes ejercicios
físicos, aeróbicos y bailes.
- Olga, y la última pregunta “filosófica”: ¿qué
es lo más importante en la vida para usted?
- Lo más
importante es ser feliz y hacer felices a aquellos que pueda. Vivir en paz conmigo misma y con los que me
rodean.
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