Foto: Arcadi Ordanski
El concierto de la “Musa Rusa” se
efectuó el pasado 26 de abril en el teatro Laurence Olivier y estuvo, como
siempre, a sala llena. El tema de la
Musa esta vez fue muy emocionante y tierno: “amor, primavera y el vuelo
creativo”! Los organizadores de la
actividad lograron atraer no solo a los participantes de siempre sino también
algunos nuevos, los que aportaron sentimientos frescos al arte de los
compatriotas.
Con el afán de acercar los artistas a
los espectadores y crear un ambiente “de la casa”, los organizadores de la Musa
–Marta Rein y todos sus ayudantes en el teatro- habilitaron el escenario como
un patio interior en una ciudad, donde los vecinos juegan naipe, discuten las
últimas noticias, toman tragos, se pelean, hacen las paces, se enamoran y se
casan. En las paredes colgaron unos
anuncios divertidos: “Vendo a precio cómodo”, “Se perdió un perro”, “Ayudamos a
aliviar la goma” y el más chistoso, “Me entrego en buenas manos”; en una cuerda
había ropa tendida, en la cerca maullaban los gatos y en la mesa estaba la
anhelada botellita. Además, para anunciar
a los participantes del concierto, no se hablaba con voz clara sino a gritos
ruidosos, ya que aquellos estaban –lo que se suponía- en los pisos superiores
de los edificios alrededor.
Para abrir la velada, Marina
Golubovich recitó su propio poema sobre la primavera, como siempre, muy sincero
y conmovedor. Dos Alexánderes –Lótarev y
Gusachenko- intervinieron, cada uno con cancioncitas, interpretadas en vena
irónica. Pero Elena Polster, por su
costumbre de educadora, reprendió a los jóvenes varones por su ligereza y dijo
que el amor no es siempre un sentimiento muy alegre y cantó sobre aquel dos
canciones tan tristes que al final se puso a llorar y toda la sala lloró con
ella. La interpretación de Artur
Mitinyan fue excelente, de costumbre, su voz y su presentación tan noble, la
letra de alta poesía, todo causó admiración de los espectadores y largos
aplausos. Y nuestro doctor poético
Sergey Krutkó recitó su poesía dedicada a la mujer amada.
Las voces jóvenes de Inga Čulkstēna, Ekaterina Barýshnikova y Susanna
González diversificaron la velada. Y sus
ritmos modernos eran favorables en comparación con nuestros cantos
tradicionales. Entre los participantes
también destacamos a Igor Kuzakov quien vino de Canadá a Costa Rica en
vacaciones. Interpretó unas canciones
típicas rusas con su voz sonora y en un estilo tan desenfadado-roquero, en
combinación con su acompañamiento virtuoso en guitarra, que podemos decir sin
duda alguna, ¡superó todos los estándares locales!
Nuestra artista, organizadora, compositora y poeta Marta Rein preparó
para este día una canción de su propia composición “Por los campos” en estilo
de gitanos españoles y el invitado guitarrista costarricense Beto Campos le
acompañó con su guitarra al mejor estilo flamenco. ¡Su dúo tuvo un éxito rotundo! Y en la clausura del concierto, como siempre,
se presentó una canción a coro, la querida desde la infancia, la audaz “Viento
alegre” de I. Dunayevsky de la película “Hijos del Capitán Grant”.
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