Este 1 de
mayo pasado nos hemos convencido otra vez que para una reunión de viejos
amigos, hasta el mal tiempo no es un impedimento. “Qué me importa la nieve, qué me importa el
calor, qué me importa la lluvia torrencial si mis amigos están conmigo!” –
comenzamos cantar cuando entre la densa cortina de aguacero apareció la figura fría
de Natasha con dos de sus hijos. A pesar
de la lluvia que había comenzado cerca de las 10 de la mañana, el picnic
organizado por el Centro Cultural Costarricense Ruso, siempre se realizó! “Aunque casi no he dormido, llegué a la
entrada del parque a las 7:30 para apartar un buen rancho, ya que así lo había
prometido!” – dijo Daria Kenzhikeeva, temblando de frío, sentada en el rancho
azotado por el viento, en el Parque del Este.
“Un mal clima no es impedimento –dijo Nina Voronova que nunca se
desanima. –En Rusia, a menudo íbamos a caminatas bajo la lluvia, pero nunca nos
molestó a pasar bien el tiempo!”
En la mesa apareció la vinagreta
rusa, el pastel de siempre, también el pollo y las bebidas. La botella de vino tinto también resultó muy
oportuna “para entrar en calor”.
Propuesto el brindis por el “Día Internacional de los Trabajadores”, le
siguieron, por tradición, canciones con guitarra.
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