El 22 de mayo pasado el teatro “Melico Salazar” estaba repleto de gente. Representantes de muchas nacionalidades que viven en Costa Rica llegaron a disfrutar el arte de los artistas del Teatro de Obraztsov.
Este trajo su atracción más vieja y más famosa “Un concierto inusual” – un espectáculo de marionetas más conocido en el siglo 20 y el que, a partir del año 1946, se ha presentado por más de 10 mil veces y por lo mismo entró en el Libro de Récords de Guinness.
Para el público costarricense fue presentado en idioma español. Es un entretenimiento satírico en el cual las marionetas – de tamaño de un ser humano – hacen parodias de diferentes actuaciones de variedades: cantan, bailan, muestran trucos de magia y hasta tocan instrumentos musicales.
Los que hemos visto más de una vez este espectáculo en nuestra patria, estábamos interesados en escuchar la traducción al idioma español de nombres familiares y dichos que se hicieron populares. Y los que lo vieron por primera vez, estaban observando, escuchando y aplaudiendo con gran emoción. Más que nada a los costarricenses les gustó el baile de los gitanos – toda la sala aplaudía al ritmo de la “gitana rusa”. Los que compraron entradas baratas en el balcón de arriba (en realidad, el teatro no debería vender estos asientos para este tipo de presentaciones) podían ver tanto las marionetas en el escenario como los artistas que las manejaban detrás del escenario, y eso les provocó una exaltación extrema!
La estrella del concierto es el Maestro de espectáculos. Hace parodias grotescas de algunas personas que se ponen a deliberar sobre temas serios de los que no tienen ni idea de lo que están hablando, y con esto muestran su completa ignorancia, arrogancia y gusto vulgar. “Mi tarea es – explica el Maestro – tratar, en forma sutil y delicada, elevar su nivel cultural de tal manera que usted mismo no lo pueda notar”. Este rol sonorizó Fedor Violin (al principio, el texto y la interpretación pertenecían al excelente artista cómico Zinovi Guerdt). En Costa Rica, el artista estaba leyendo el texto en español y preguntaba al público: “Me entienden bien el español que hablo?” Todos respondían gritando: “Si! Excelente!” – Está bien – decía el Maestro. – Sería mejor que yo también comprendiera de lo que estoy hablando”. Y era verdad. El teatro da exhibiciones en muchos países del mundo en decenas de idiomas. La actriz Ekaterina Babaeva explicó que el Maestro habla en el idioma del país y lee el texto escrito en un papelito con letras rusas. Con todo esto, ¡el artista no tiene ni idea qué significan las palabras que él pronuncia! Todo el desarrollo se lleva a cabo con el fonograma, naturalmente, excepto el papel del Maestro. Pero a veces, los artistas ayudan cantando en coro en vivo.
"Les presento un grupo de cantantes de America Latina. Estos artistas cantan en su idioma natal latinoamericano"
Muchos disparates del espectáculo están desde hace tiempo en el uso del idioma ruso. “Ay-ay-ay-ay, campaña! Lo que significa traducido al ruso “Oy-oy-oy-oy, colectivo”. Este juego de palabras, por supuesto, es imposible traducir al español. Además sería muy largo explicar que significaba el concepto de “colectivo” en la sociedad soviética… Es una pena que los costarricenses no entendieron el colmo de mal gusto de estas letras del romance de zarzuela: “Estoy sufriendo tanto, Me estoy derritiendo, Sencillamente estoy muriendo sin rastro!.. Y en el terrible destino mío, lo único de que lamento, es que me muero sola y no morimos los dos!” Sin embargo, aún en español el Maestro “echó” muchos disparates aún mejores. Por ejemplo: “Ahora se van a presentar los bailarines de zapateo, unos intelectuales de las extremidades inferiores”, ó: “El cantante italiano Espaguetti Macaronni cantaba en Milán, cerca del teatro La Scala, en una cantina, en la puerta”. Los costarricenses también entendieron muy bien las palabras en “francés”: “lamur-tuzhur-bonzhur” (l’amour-toujour-bonjour) que cantaba la “actriz” de Francia. Y lo que sonó totalmente idéntico, era el famoso: “María Teresa? – Estoy preparada!”
Hay que destacar especialmente la altísima maestría totalmente inimitable de los actores marionetistas del teatro de Obraztsov, los que logran que sus marionetas se muevan con suavidad y naturalidad. “Obraztsov exigía la autenticidad máxima de los artistas. Las marionetas tenían que parecer personas y no unos muñecos que imitan a las personas” – explicó la nieta de Obraztsov, artista emérita de Rusia, la productora y realizadora Ekaterina Obraztsova. – Para manejar una marioneta a veces se ocupan cinco personas: dos manejan las manos, dos los pies y una la cabeza. Si en el espectáculo hay una danza, se requiere el trabajo coordinado de hasta diez personas”. Esto pudieron comprobar con sus propios ojos los espectadores del Teatro Melico Salazar cuando al final del mismo, los artistas salieron al escenario y “en abierto” repitieron su baile famoso… el tango! De verdad, ¡era una maestría sin precedentes! ¡Trate de expresar una danza cuando los pies de los bailarines no se ven! Lograron hacerlo de manera brillante. Las “piernas” sólo aparecen en el acorde final, cuando la “bailarina” da vuelta cabeza abajo. Estas “piernas” largas de la bailarina los mostró a los espectadores Ekaterina Obraztsova personalmente, levantando dos palitos de madera.
Tenemos fe que el encuentro con el siempre vivo teatro de Obraztsov algún día se repetiría.
En la foto: Vilma Vargas, Nancy Morales, Ekaterina Obraztsova, Guillermo Morales
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