Este año Rusia está conmemorando muchas fechas importantes, relacionadas con la desintegración de la Unión Soviética y el cambio del sistema político-económico. El primer acontecimiento importante fue el permiso para salir del país.
El 20 de mayo de 1991 el Consejo Supremo aprobó la ley que rezaba: “Cada ciudadano de la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas tiene el derecho de salir y entrar de la URSS… Un ciudadano no puede ser privado de ese derecho”. La gente, hambrienta de libertad de movimiento, por miles se tiró tras las fronteras, y cuando en los años 90 una fuerte crisis económica estalló en el país, muchos de ellos decidieron quedarse para siempre fuera de los límites de su patria.
La generación joven no puede imaginar ni entender cómo vivieron sus padres y abuelos bajo el poder soviético y ahora lo estudian en los libros de historia. Para obtener la deseada “visa de salida”, se tenía que llenar un formulario muy detallado, escribir su autobiografía, llevar recomendaciones del lugar de su trabajo ó estudio, recibir la aprobación de la comisión del comité regional del partido comunista ó del “Komsomol” (Unión comunista de la juventud)… En aquellos años había muy pocos turistas que viajaban fuera de la Unión Soviética. Las cuotas de viajes al extranjero se repartían entre las empresas e instituciones del Estado y se premiaba con viajes a los trabajadores de vanguardia, a los activistas del partido comunista, del Komsomol y de los sindicatos. Con todo eso, nuestros turistas viajaban por lo general a los países del lado socialista: Bulgaria, Hungría, Polonia, República Democrática de Alemania, Checoslovaquia, Vietnam, Cuba.
A países capitalistas sólo viajaban, en pequeñas cantidades, personalidades de la cultura, las artes y científicos destacados. Y muy pocos estudiantes, en míseras cantidades, salían para capacitación. Los diplomáticos, periodistas y funcionarios de Comercio exterior, naturalmente, también gozaban de este privilegio. © RIA Novostim 20/05/2011. Yuri Zaritovski. Agregamos a esto que también los cónyuges de extranjeros, estaban incluidos entre los pocos privilegiados que lograban salir de la URSS en aquellos tiempos.
La anulación de estas limitaciones fue la primera señal de libertad. Después siguieron muchas otras reformas que contribuyeron a la supresión del sistema socialista y al desarrollo del capitalismo en Rusia.
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