Desde el 1 de julio amplios territorios
al suroeste de Moscú fueron adheridos a la capital. En sus 865 años de historia, Moscú ha sido
expandida muchas veces: desde el Kremlin con una superficie de apenas 27 la
ciudad creció a una superficie de 108 100 hectáreas transformándose en una megapolis Sin embargo, hasta en este
territorio ya no cabe la población de 11 millones de habitantes. Esta vez se tomó una decisión radical, y le
territorio se ampliarán en 2,4
veces. Preguntamos qué piensan los
moscovitas acerca de este acontecimiento de la época.
Tamara,
filóloga: Me cuesta juzgar sobre este
tema profesionalmente, no soy economista, ni tampoco urbanista. De joven, vivía en los suburbios de Moscú y
me acuerdo muy bien que los almacenes se abastecían muy mal, que era muy
difícil trasladarse al trabajo en el tren eléctrico. Por eso pienso que si al adherir algunas partes de los suburbios de
Moscú a la capital, será un factor positivo, por supuesto con la condición que
en los territorios nuevos el abastecimiento será igual que en Moscú, las
pensiones y los salarios serán iguales, y un buen transporte. También sería bueno abrir ahí sucursales de
teatros, bibliotecas y museos. Pero si
estos terrenos se van utilizar solo para trasladar la población hacia allá y
propagar allá muchos basureros, por supuesto, no será nada bueno. El gobierno tiene que tomar en consideración
la opinión pública. Ya estamos cansados
de que todo lo deciden por nosotros.
Pero al hablar en rasgos grandes,
hay que mejorar las condiciones de vida en todos los territorios de Rusia ya
que están muy atrasados comparando al nivel capitalino: no tienen buenos
caminos ni tampoco puentes.
Hassan,
taxista: Apoyo el proyecto, ya que en los territorios nuevos el aire será más
puro, muchos bosques, el ambiente tranquilo.
Si me hubieran ofrecido trasladarme allá, estaría de acuerdo y muy
feliz.
María,
periodista: Me parece que esto llevará más dificultades para los moscovitas: el
territorio de la ciudad estará muy largo y la gente tendrá que viajar aún más
lejos. Centenas de casas se demolerán y miles de personas se trasladarán porque
en este lugar pasarán las autopistas nuevas, en lugar de suburbios se ampliará
la carretera o se construirá un puente nuevo.
De por si el 16 por ciento de población vive bajo el nivel de pobreza
mientras que los 12 por ciento posee todas las riquezas del país. El poder gobernante no se cambió
prácticamente durante los últimos decenios, y estas desigualdades crecientes
amenazan con una explosión social.
Olga,
economista: Sinceramente, no estoy enterada. No vi el mapa ni sabía que tan grandes
serán estos territorios nuevos. Espero
que los cambios serán para mejorar, pero en realidad, ya todo está decidido y
firmado, y no nos queda mucho en que pensar.
Alexander,
funcionario estatal: A decir verdad, no estoy seguro que este proyecto se va a
realizar, por lo menos en esta forma gigante como se declara ahora. No está claro cómo se integrarán las ciudades
científicas en los suburbios y si es necesario que “sean Moscú”. Tampoco puedo entender por qué se ha elegido
el lado suroeste y no, por ejemplo, el noroeste. Los moscovitas irónicamente
llaman a Moscú “no elástica” (en el sentido de que no se puede meter a todos
los ciudadanos de Rusia y otras repúblicas de la CEI). Pero Moscú sigue creciendo y creciendo a lo
ancho. Sería bueno para el país si la megapolis
capitalina sea una “aspiradora demográfica” y atraiga los habitantes de Rusia
Central, el Cáucaso y Siberia? Otro momento. Se promete que los órganos
administrativos se van a trasladar a las “tierras de Moscú lejana”, pero ¿cómo
va a llegar la gente a su trabajo?
Ahora, para viajar desde el norte de Moscú hasta el complejo
universitario en el Suroeste, uno gasta hora y media (el metro + la buseta
itineraria) o de 1 a 2 horas en automóvil con presas + gasolina. Hemos calculado mi esposa y yo: el traslado
al “Nuevo Moscú” ocupará de 2 a 3 horas entre 60 a 150 rublos ($ 2 = 5)… ¡Será una carga
adicional para el presupuesto familiar! Ni tiempo, ni el dinero alcanza…
Georgi,
mecánico: Por supuesto, hay que descongestionar el territorio viejo de Moscú, es
que las presas permanentes nos han martirizado.
Si el sacar fuera de Moscú a todas las oficinas, será mucho más
tranquilo. Pero con la condición de que la Carretera de Kaluga se ampliase y se
trace otra pista paralela, y al mismo
tiempo se ampliara la Autopista Circular, ya que estos caminos aún ahora no dan
abasto con los corrientes de tráfico.
Dimitri,
empleado administrativo: Los que vivimos en la salida suroeste de la capital,
estamos preocupados porque la infraestructura se va a atrasar de los ritmos de
la construcción urbana. Es que en esta
dirección hay muchos territorios ocupados por bases militares, también empresas
industriales y otros terrenos institucionales y privados; expropiarlos para
trazar una nueva pista será cosa nada fácil y nada rápida, puede alargarse por
muchos años. Nuestra Carretera de Kaluga
aún ahora está congestionada, y después las presas serán totalmente
insoportables. La gente va a dejar sus
carros en estacionamientos y en todas las calles en la entrada a la ciudad,
esto será un caos total. Y en general, creo que las ciudades como Moscú,
situadas en una planicie, deben ampliarse en todas las direcciones
uniformemente y no formar un apéndice largo e incómodo.
Evgeni,
oficial de seguridad: Cada día viajo en mi carro y pierdo muchas horas en
presas. Creo que de tal forma u otra, hay que descongestionar el centro y sacar
las oficinas de la capital, no hay otra salida.
La capital se ahoga.
Tatiana,
crítica de arte: Opino que estos planes son una verdadera estupidez. No conozco a nadie que los apoye. Es más bien otra manera para lucrarse.
Comprar tierras a precio más barato y venderlas mucho más caro, otro proyecto
más “entre nosotros”. ¿Por qué las
autoridades no pedirían el consejo de nosotros con anticipación? ¿No harían, por ejemplo, un referendo?
Natalia, abogada: Mi opinión es que estoy
contra. Según el pronóstico, la megapolis puede contener unos 40 millones de
habitantes. Es poco probable que los
problemas de transporte se van a resolver, pero fácilmente pueden agravarse los
problemas con el agua y con la ecología en general. Y otra pregunta más: si el 30 % de población
vivirá en la capital y otros , del 10 al 15% en San-Petersburgo, ¿quién vivirá
en la 1 / 7 parte de tierra firme restante?
Soy partidaria del desarrollo de ciudades pequeñas en la zona de las tierras
negras, en el sur de Rusia.
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