El 7 de noviembre (25 de
octubre según el calendario viejo) – el Día de la Gran Revolución de Octubre –
siempre se celebraba en la Unión Soviética como una gran fecha. Se organizaba un desfile militar, juegos de
pólvora y la gente se reunía alrededor de mesas festivas. Las personalidades del gobierno salían con
discursos alabando el moderno y democrático sistema soviético, el glorioso
Partido Comunista el que llevaba el país hacia adelante, y lo principal, al
gran líder V.I. Lenin, quien ha dirigido esta revolución y el establecimiento
del sistema socialista en Rusia.
Después de que el sistema
socialista dejó de existir en Rusia, el Día de la Revolución de Octubre ya no
se considera fecha festiva, sólo una cantidad limitada de comunistas viejos
sigue celebrando este día por costumbre.
Ahora , a esa revolución se le trata de “revuelta”, a Lenin, de espía de
Alemania y el sistema socialista, un error dañino que costó al pueblo ruso una
cantidad inmensa de víctimas y sufrimientos.
Después de haber pasado 95
años, la sociedad rusa todavía sigue discutiendo y no puede valorar y analizar
sobriamente el significado de aquellos acontecimientos memorables. ¿Fue aquella revolución para bien o para mal
del pueblo? Antes que nada tenemos que
comprender el por qué Lenin llegó al poder aquel año? Todo el año 1917 se distinguió por una
increíble actividad revolucionaria de amplios sectores de la población. Lenin tituló a este período de “situación
revolucionaria”. Pero los historiadores
modernos consideran que realmente, la revolución rusa comenzó en febrero de
aquel año, cuando fue derrotado el poder del Zar, y en octubre llegó a su
lógica terminación. No fue posible
evitar esta revolución. Como resultado
de los tres extenuantes años de la Primera Guerra Mundial, que no tenía ningún
sentido, el pueblo ruso fue llevado a la extrema, la gente ya no hacía caso a
ningún poder estatal, sólo quería una cosa: el fin de esta guerra. El Zar Nicolás II fue un hombre débil de
carácter, incapaz de manejar el país en una situación como esa, lo que no pueden
negar aún los monárquicos empedernidos.
Cuando en febrero el burgués democrático Gobierno Provisional llegó al
poder, resultó que tampoco pudo vanagloriarse por tener liderazgo, pero lo
principal, seguía insistiendo en la “guerra hasta el fin victorioso”, ya que
los aliados –Inglaterra y Francia, los que financiaban este gobierno –le
dictaban sus condiciones. Solamente el
partido de Lenin –El Partido Social Demócrata de los Bolcheviques– alzó las
consignas precisamente aquellas que estaba deseando el pueblo: la firma
inmediata de la paz, la expropiación de tierras de los grandes terratenientes y
el otorgamiento de propiedades agrícolas a los campesinos. V.I. Lenin, un líder muy fuerte, un hombre altamente erudito, inteligente y
carismático, logró atraer a su lado no solo amplios sectores de obreros y
campesinos, sino también a los soldados activos del ejército. Después de eso, conquistar el poder ya no fue
nada difícil.
Como resultado de la llegada
al poder del Soviet de los Comisarios Populares, fue establecido la educación y
el servicio médico estatal gratuito, el día laboral de 8 horas, fue aprobado el
decreto del aseguramiento de los obreros y empleados, se eliminaron los estados
de la sociedad, los rangos y títulos y se estableció sólo la denominación
general – los “ciudadanos de la República de Rusia”. Fue declarada la libertad del pensamiento, la
iglesia fue separada del estado y la escuela.
Las mujeres obtuvieron los derechos iguales con los hombres en todos los
campos de la vida pública. Wikipedia
Después de que terminó la intervención militar y la Guerra Civil, el
Poder Soviético se ocupó de la electrificación e industrialización del país, lo
que llevó a la Unión Soviética a ser uno de los países más desarrollados y
modernos del mundo.
No podemos negar el hecho de
que el poder de Lenin y después de Stalin, se caracterizaba por el totalitarismo
e intolerancia hacia los que pensaban diferente, lo que llevó a miles y
millones de víctimas entre la población civil del país. “La revolución rusa pasó un camino trágico
que terminó en la negación de sí misma –escribió el historiador Boris
Kagarlitski. –Pienso que esta revolución tuvo el fracaso en la medida de que
cualquier revolución fracase. F. Engels
dijo que cualquier revolución es una revolución traicionada ya que
inevitablemente sobrepasa sus objetivos inmediatos y trata de resolver los
problemas globales de la liberación de la humanidad. Sin embargo, es imposible resolverlos de un
solo intento”. http://eusi.ru/lib/kagarlickij_marksizm/7.php
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