Ni
los calientes rayos de sol, ni tampoco aguaceros torrenciales podían espantar a
la gente del parque, a donde llegaron en esta época de transición de la
estación seca a la lluviosa, para
presencial el X Festival Nacional de las Artes, el que se llevó a cabo esta vez
del 5 al 14 de abril en dos cantones de San José, Santa Ana y Mora. El festival se inauguró con la tradicional
cimarrona, una orquestra folklórica, la cual desfiló por las calles de la
ciudad al ritmo de tambores y trompetas estridentes, levantando a todos, hasta
los más dormidos. El programa variado
satisfacía todos los gustos: de mañana se ofrecían presentaciones de “Ticotíteres”
y “Marionetas de Praga”, muchísimos grupos infantiles de teatro, tales como
“Contraluz”, “El Hormiguero”, “Palíndromos” y otros, presentaciones de
cuentacuentos y payasos, pintaban las caritas de niños. Después del mediodía, comenzaban los
espectáculos de teatro, danza, bailes típicos y música, tanto grupos
capitalinos (Compañía Nacional de Teatro, Grupo Teatral “Reflejos”, Ensamble
Folklórico “Chicasquil”, Orquesta Sinfónica Nacional y muchos otros), como
artistas que se vinieron de áreas alejadas del país: los grupos “Los
Rumberitos”, “Dancestra de Limón” y “Mekatelyu” desde el Caribe y el grupo
“Zancocho” de Coto Brus. Cuando caía la
oscuridad, empezaba a sonar la música bailable y el rock, la que acompañaba a
los bailarines de break dance e
hip-hop. Entre los grupos reconocidos participaron
“Lucho Calavera y la Canalla”, “La Cuna del Swing”, “Patiño Quintana y Los
Ajenos” y otros. En total, 2000 artistas
se presentaron en el festival y dieron 290 espectáculos.
Los
espectadores no sólo podían disfrutar de las artes, sino también participar en
diferentes talleres de música instrumental, manualidades, artesanías y lectura
de literatura. Las actividades del
festival se llevaban a cabo en parques, gimnasios, casas de cultura y teatros
en las ciudades de Santa Ana, Ciudad Colón y Guayabo. Todos los espectáculos fueron absolutamente
gratuitos, visitados por más de medio millón de habitantes del
país.
En
la plaza festiva de Ciudad Colón se colocaron los quioscos donde se vendían
recuerdos, piezas de artesanía y arte además de comida para todos los
gustos. Los atractivos adornos hechos de
botellas plásticas llamaban la atención, y en las alamedas del parque se
colocaron unas interesantes esculturas de Víctor Quirós Navarro hechas de
cartón. La gente llegaba con sus las
familias, y fue agradable ver las ancianitas muy bien vestidas, niños muy
limpiecitos y esposos paseando de la mano entre alegres grupitos de
adolescentes. El mantenimiento del orden
ideal estuvo a cargo de la Fuerza Pública y, en caso de alguna emergencia
médica, estaban haciendo guardia los miembros de la Cruz Roja.
El
organizador principal del festival fue el colectivo “Cultura Viva Comunitaria”
que funciona en muchos países de América Latina y reúne más de 600 asociaciones
y agrupaciones culturales. Para la
organización y realización del festival, fueron invertidos 1,5 millones de
dólares, de los cuales una tercera parte fue suministrada pos los
patrocinadores, la empresa de bebidas de frutas “Tropical”, el Banco Nacional
de Costa Rica y muchos otros.
El próximo año, el festival será internacional y Rusia fue designada para ser el país invitado de honor.
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