Este año en CR se ha producido una situación inusual en política, ya que
junto a los dos partidos gobernantes, que se han alternado en el poder durante
muchos años, ha irrumpido en la escena y
con mucha fuerza, un movimiento izquierdista, el “Frente Amplio”
(FA), encabezado por un carismático joven abogado de 36 años, José
María Villalta. Los costarricenses,
desilusionados con el Partido Liberación Nacional (PLN) que ha gobernado durante los últimos 8 años, desean algo nuevo,
fresco, más eficaz y libre de corrupción.
Entre los cinco partidos principales que pretenden llegar al poder, tres
son del centro, uno es de orientación ultraderechista y uno, de la
izquierda. Los costarricenses,
tranquilos y prudentes por naturaleza, tradicionalmente eligen el centro, pero
esta vez, parece que no es así. Lamentablemente,
no hay alternativa para el PLN. Uno de
los partidos del centro, la Unidad Social Cristiana (PUSC), que en el pasado
gozaba de gran popularidad, ha descendido notablemente debido a las condenas a
sus líderes por actos de corrupción, y el otro, Acción Ciudadana (PAC), no
alcanza ni el 7% de los votos probables, según encuestas preliminares de
opinión pública. Es un partido de
intelectuales, y aunque en su momento ganó buena popularidad en el país, sigue
siendo demasiado intelectual, y su candidato, Luis Guillermo Solís, un catedrático
universitario, es un hombre con demasiada poca experiencia en la política.
Por eso los costarricenses ahora enfrentan un dilema: o se arriesgan y
votan el 2 de febrero por los radicales, o se quedan con el PLN - del que ya
muchos están hartos -y su candidato Johnny Araya, al que muchos acusan de funcionario
apático y corrupto, y quien ha estado durante 20 años como alcalde de la ciudad
capital y a la cual ha llevado a una completa ruina, caos y despoblación. “Estamos reconociendo nuestros errores en el
pasado, pero ahora comenzamos a actuar activamente, con gran deseo, de una
manera diferente…” – afirma Araya, pero ni
los campesinos más ignorantes, ni los vendedores en el mercado le creen.
Hay que tributar honores a los costarricenses porque no respetan a los
de la derecha extrema y les dan (preliminarmente) no más de 20% de los
votos. http://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_presidenciales_de_Costa_Rica_de_2014 Aunque es posible que no entiendan bien cuál
es su diferencia de otras corrientes políticas.
Pero en las elecciones, la personalidad del candidato decide todo. El líder del Partido Movimiento Libertario
(ML) Otto Guevara, aunque es un hombre apuesto y guapo, es un demagogo sin
principios, capaz en una hora cambiar sus declaraciones por otras
diametralmente opuestas. Su estrategia
sigue siendo la misma, y ya lleva casi 20 años consecutivos de presentar su
candidatura para la presidencia, y es de prometer “el oro y el moro”… Gracias a
Dios, no todos son tan tontos aquí para caer bajo sus declaraciones estrepitosas.
El que queda es el joven Villalta quien, cual Don Quijote, con valentía
se tira a batallar contra los molinos… Es un hombre muy inteligente, de habla fácil
y brillante, y que explica sus puntos de vista con palabras breves, claras y
exactas. Aparte de eso, se ha distinguido de manera positiva durante estos últimos
años como diputado en la Asamblea Legislativa; y el programa de su partido, a primera vista, no puede sino alegrar: lucha
por la justicia social, contra el desempleo y la pobreza, por el desarrollo de
las regiones atrasadas del país, por el reforzamiento de instituciones públicas
(Instituto de Electricidad, Caja de Seguro Social, Refinería de Petróleo y
otras), lucha decididamente contra la corrupción, por el desarrollo de la infraestructura
y la superación del atraso tecnológico, por el crecimiento del turismo- ya que
es la rama más importante de la economía costarricense-, por la disminución de
la deuda estatal interna y por el desarrollo de la educación pública. Para lograr todo eso, Villalta considera
necesario obligar a todos los patrones a pagar el salario mínimo bajo amenaza
de multas, a asegurar el control sobre los precios de la canasta básica de
alimentos, a introducir un sistema progresivo de tributación, a obligar el
Banco Popular a conceder préstamos a la gente pobre para el desarrollo de
pequeñas empresas, aún sin garantía de su devolución, a expropiar terrenos
cultivables sin uso, a asignar grandes finanzas estatales para la construcción
de carreteras, puertos y para la educación pública, reforzar los controles
estatales contra la corrupción. (http://villaltapresidente.com/index.php/propuestas/plan-de-gobierno)
Los
críticos de este plan señalan el inevitable crecimiento y encarecimiento del
estado, la supresión del mercado libre, la restricción del gran capital
empleador nacional y multinacional, la desestabilización de la economía y el
caos general como resultado de la aprobación de muchas leyes nuevas y
demasiadas reformas y, como resultado, un posible efecto contrario,
precisamente, la pérdida de muchas fuentes de trabajo y el empobrecimiento aún
más grande de la población. Edgar
Morales, representante del sindicato
Unión Nacional de Trabajadores, considera que “no
hay que dar mucha vuelta a las leyes y reformas, sino simplemente tomar el
texto constitucional y aplicarlo. Nuestra Constitución defiende un Estado
social de derecho”. Al mismo tiempo, el
abogado Enrique Rojas ve en las ideas de J.M. Villalta los mismos principios
que rigen el grupo de países de la llamada Alternativa Bolivariana, impulsada
por el desaparecido Hugo Chávez. “No
significa que no tengamos que cambiar cosas, pero no irse a aspectos de
extrema”, declaró. http://www.nacion.com/nacional/elecciones2014/Plan-gobierno-Villalta-genera-criticas_0_1385061524.html
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