En Costa Rica, por tradición, cada dos años
se realiza el Festival Internacional de las Artes (FIA). En el mismo participan tanto artistas de
diferentes géneros como pintores y escultores.
Este año, en el Festival N° 14, que tuvo lugar del 3 a 13 de abril,
Rusia fue el país invitado de honor.
Para nosotros, los compatriotas que vivimos en Costa Rica, la
oportunidad de asistir a los conciertos de artistas rusos de nivel tan alto, nos
produjo un gran júbilo.
En la inauguración del Festival el 2 de
abril en el Teatro Nacional, se presentaron dos pianistas costarricenses:
Daniel Chen de 10 años y Josué González, estudiante del Conservatorio de
Moscú. Este teatro, que es un orgullo de
los costarricenses, se construyó en el año 1897 y es famoso por sus lujosos acabados
y excelente acústica. Una sorpresa
agradable de la noche fue el homenaje para el profesor de los jóvenes
pianistas, nuestro compatriota, director del Instituto Superior de Artes
Alexander Sklutovsky que ha enseñado a centenares de excelentes pianistas en
Costa Rica. “Nadie mejor que él ha
logrado hermanar a nuestros países”, consideró el ministro de Cultura y
Juventud, Manuel Obregón. Durante los
días de Festival, el precio de entrada era simbólico en el Teatro Nacional, lo
que fue aprovechado con gran alegría por costarricenses y compatriotas rusos.
Al día siguiente ahí se llevó a cabo el
primer concierto del Festival en el cual se presentaron cuatro cantantes
jóvenes de los Teatros Bolshoi y Mariinsky con el acompañamiento de la
Orquestra Sinfónica Nacional de Costa Rica bajo la dirección del director ruso
Alim Shakhmametiev. Interpretaron arias
de las óperas de Chaikovsky, Rimsky Kórsakov y Dvorák y también obras de
Mozart, Puccini, Bach, Rossini y Offenbach. El crítico de música Jordi Antich,
egresado del Conservatorio de Moscú, destacó a la excelente mezzosoprano Olesya
Petrova, el suave tenor de Sergey Semishkur, el bello barítono de Igor
Golovatenko y el delicado soprano de
Gelena Gaskárova. El 4 de abril, otro
concierto similar se realizó en la Basílica de los Ángeles en Cartago. La Nación
Una verdadera sensación causó el grupo
instrumental de San Petersburgo “Bis Quit” que dio tres conciertos gratuitos en
el parque capitalino La Sabana y en la sala de exposiciones de la Antigua
Aduana. La fogosa música nacional rusa -en
interpretación original del grupo- atrajo a miles de espectadores que aplaudían
con entusiasmo, gritando y silbando. La mayoría de los costarricenses por primera
vez conocieron las melodías y los ritmos rusos.
Especialmente les gustaron las poderosas voces de los artistas del
teatro Mariinsky Karina Chepurnova y Alexander Trofimov que se presentaron
junto con el grupo. “Kalinka”,
“Katiusha”, “Valenki” y otras canciones conocidas se interpretaron en estilo
moderno, donde el antiguo folklore se mezclaba con Jazz y música
electrónica. El conjunto también
presentó un impresionante potpurrí de
su propia composición compuesto por canciones conocidas, arias y melodías.
Los últimos dos días del Festival, el
público pudo presenciar el espectáculo del famoso coro Pyatnitsky que dio dos
conciertos en el Teatro Melico Salazar.
El repertorio incluía canciones típicas rusas y bailes de diferentes
regiones de Rusia. Costarricenses de
todas las edades recibieron con entusiasmo el arte nuevo para ellos y valoraron
altamente las cualidades vocalistas y dancísticas del conjunto. Especialmente para Costa Rica, el coro
preparó una canción humorista “Zancudo con dengue”: “No me pica, zancudo” –
cantaban los muchachos rusos articulando palabras en español bastante
bien. “Hace tiempo no he escuchado esta
canción! ¿De dónde la sacaron? Que buena selección!” – dijo un josefino con
gran alegría. Además de los artistas
rusos, en el Festival intervinieron los actores de la república hermana de
Ucrania: el Teatro “Bellas Flores” de Kharkov presentó su divertido espectáculo
“Fat”.
La clausura del Festival reunió un número
récord de espectadores y tuvo lugar tarde por la noche el domingo 13 de
abril. Fue un espectáculo vistoso e
inolvidable: un fuego de pólvora y el show de danza del grupo irlandés “Fidget Feet”
en el cual los artistas “volaban” a una altura de 5 pisos con los sonidos
extraterrestres de la música celta. El
Festival Internacional de las Artes en Costa Rica es una excelente oportunidad
para el pueblo costarricense pasar bien el tiempo para su provecho y disfrutar
diferentes espectáculos. Además, es un
embajador de la paz y comprensión mutua entre los pueblos y del enriquecimiento
de culturas de diferentes pueblos. La participación
de artistas rusos este año elevó significativamente el nivel artístico del Festival
lo que notaron todos los espectadores y críticos. http://www.festivaldelasartes.go.cr/
Al servicio de los artistas rusos trabajaron
cinco de nuestras compatriotas: Nina Vóronova, Nadya Gríshina, Natalia
Gaifudínova, Tatiana Kolomiets y Oxana Yatsina, las que voluntariamente (sin
salario, ya que solo recibían los viáticos, como compensación por sus gastos de
transporte y alimentación) acompañaban a los artistas, vigilaban su seguridad,
traducían las entrevistas con periodistas costarricenses y otras conversaciones
cotidianas, les daban consejos dónde mejor almorzar e ir de compras, en el
último momento les ayudaban conseguir ciertas cosas que les faltaban para el equipo escénico y hasta les curaban
las enfermedades. “Soy enfermera –contó
Nina- y más de una vez tuve que curar artistas ya con un ataque de alergia, ya
con problemas estomacales. Cuando se
enfermó el acordeonista del grupo “Bis Quit” me tocó quedarme a dormir en el
hotel para estar a la par suya. Llamaron
a la Cruz Roja, pero por dicha no hubo que
hospitalizarle”. “Tanto los cantantes de ópera como los músicos
de otros conjuntos, resultaron unos muchachos muy lindos y amables, accesibles y
con una excelente organización” – notó Natalia.
“Cuando en el ensayo escuché el aria de la ópera “Evgeniy Oneguin” que
conocía desde niña, en la interpretación maravillosa de uno de los cantantes
del Teatro Mariinsky, sentí un hormigueo en la piel y de mis ojos salieron chorros
de lágrimas” – compartió sus impresiones Nadya.
Debido a su agenda, muy apretada, de conciertos y por ende, la falta de tiempo (algunos
vinieron sólo por dos días), los artistas no pudieron conocer el país. Por invitación de la embajada de Rusia en
Costa Rica, algunos de ellos lograron ir a la playa.
Había algunos aspectos negativos que por
dicha, quedaron fuera de percepción de los espectadores. Se señaló un trato indebido, brusco e
irrespetuoso por parte de la productora rusa del Festival Alexandra Lukiná,
tanto con los compatriotas acompañantes como con el personal costarricense, que
por cualquier causa todo el tiempo armaba escándalos. Además, ocurrió un incidente desagradable en
el hotel de 5 estrellas "Aurola": “Acababa de
dejar mi celular en la mesita del salón y al minuto había desaparecido! Llamamos
a su número y mi teléfono contestó en el
bolsillo de una de las mucamas del hotel –contó un artista del grupo “Bis
Quit”-. Corrimos tras ella, pero se
escapó y bajó al sótano. Nos quejamos
con la administración, Natalia hasta trataba de convencer a la muchacha con
cariño, que entregara el teléfono por una recompensa, todo fue en vano”. La embajada presentó una demanda contra el
hotel. También la aerolínea tuvo fallas;
se desperdiciaron muchas idas y venidas de los administradores y los ayudantes al
aeropuerto, pero nunca lograron obtener la pieza del equipaje que se extravió,
y contenía las decoraciones del Teatro Mariinsky.
Pero
a pesar de todo eso, las actuaciones de los artistas rusos en el Festival
fueron un gran éxito. “La realización de
actividades de este tipo, sin duda alguna, favorece el acercamiento de nuestros
países, el desarrollo del diálogo constructivo y una buena colaboración. Es evidente que el Festival del 2014 abrirá
nuevas oportunidades para la cooperación cultural, política y económica entre
Rusia y Costa Rica”, dice el sitio web “Gallerix”.
Nadya Grishina y cantante Sergey Semishkur. Foto: Nadya
Foto: Nadya Grishina
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